Una mañana cualquiera, sentada al ordenador junto a la ventana, miro hacia la calle por un momento atraída por la hermosa luz que ilumina el exterior. Estamos a finales de noviembre, pero el día es espléndido y soleado. De repente veo pasar con paso decidido un cerdo negro, grande y lustroso, una hembra de cerdo negro. Pienso que he visto visiones pero, aún así, salgo rápidamente a la calle en batín y zapatillas (la curiosidad es más fuerte que la coquetería) para asegurarme de que no estoy soñando. Y ahí está el cerdo, en medio de la vía pública, en su paseo matinal. Varios vecinos se han asomado también y siguen al cerdo con la mirada. Nadie lo persigue y el cerdo continua tan tranquilo. Yo voy tras él y lo llamo:"tita...tita", la verdad es que no tengo ni idea de como se llama a los cerdos, pero mi intención es captar su atención para que se suba a la acera y no lo arrolle un coche. En esos momentos no hay mucho tráfico y los coches que pasan se paran cuando lo ven y después lo esquivan.
El cerdo va calle arriba y calle abajo. Ahora ya llevo la cámara y consigo fotografiarlo. |
Eii!!! m'hagués agradat veure't corre darrera es porc!! aquesta és la Mallorca nostra!! i per molts anys!!
ResponderEliminarBon vespre Aina, no saps quin recorregut mes llarg va fer el porc...tot una qualqu ho va pujar al facebook i ho va fer famós la mateixa matinada. :-)
ResponderEliminaruna abraçada, wapa