Antiguamente se criaba al puerco en casa, cada casa de pueblo tenía su corral para albergar al burro, al cerdo y también algunas gallinas. Hoy en día el burro ha sido sustutuido por una furgoneta, un tractor, un coche y poca gente se encarga personalmente de criar al cerdo en casa, como hace algunos años, cuando se le mimaba y atiborraba de frutas y algarrobas de propia cosecha, de mondas de patata y las hojas ásperas de las coles. Pero aquí, en cada pueblo, existe algún payés que cría cerdos en sus tierras para vender. Son cerdos felices, que pasan generalmente su vida en el campo, al aire libre, nada que ver con las granjas masivas de cerdos cautivos y engordados apresurada y artificialmente para la explotación. Aquí los cerdos viven bien y te lo presentan corriendo por el campo cuando lo vas a comprar, sanos y excelentes para una excelente sobrasada y butifarrones caseros. No se desperdicia nada,
pues los huesos se salan y se guardan también para guisar.
Se mezclan las especias con la carne picada y se prueba la masa cruda por si hay que añadir más sal i más picante.
Después se rellenan "els budells", las tripas del cerdo, que se han dejado bien limpias.
Y según se van rellenando hay mano de obra que las cierra, cosiéndolas, y las ata para que cuelguen después en "es rebost"(alacena), o en alguna sala oscura y protegida de la humedad y del sol.
Así ya da gusto verlas...
Para las matanzas acude la familia, amigos, vecinos, todos de mañana temprano a ayudar. Nadie suele cobrar por ayudar en las matanzas, se hace hoy por mí y mañana por ti. Y es como una especie de fiesta familiar, donde coincides con gente que no veías hace tiempo, donde se trabaja mucho y donde también, por supuesto, se come también bien. A media mañana se almuerza de "frito de matanzas", y al acabar el trabajo se sienta uno a la mesa frente a un consistente plato de "arroz brut"( sopa de arroz hecha variados tipos de carne). Ya pondré las recetas uno de estos días.
Al acabar se despide a la gente que ha venido a pasar el día ayudando con una "longaniça" (son las sobrasadas delgadas) y un par de butifarrones.
Muy interesante lo que cuentas hoy koykla!!!
ResponderEliminarUn saludo desde Grecia,
Maraki
Ay, me sale que publicaste ésto ayer sábado, pero yo no lo he visto hasta hoy. Mira por dónde conocemos algo más del invierno rural mallorquín y de esa deliciosa y famosa sobrasada mallorquina. ¡Gracias!
ResponderEliminarUna alegría leerte de nuevo después de tanto tiempo.
Bon Nadal!
Hola Maraki
ResponderEliminar¡Qué contenta se te ve por Grecia otra vez!
Saludos y Bones Festes
Maria
Hola Níkos
ResponderEliminarEntre unas cosas y otras he pasado una temporada sin publicar nada.
Bon Nadal a ti también y gracias por la visita.
un abrazo
María
Merhaba María,Καλημέρα,
ResponderEliminarWaw! ver ese cerdo ahí, tan relajado "tomando el sol" le hace a uno, por un momento, replantearse su ancestral cultura gastronómica y culinaria (animalet!)... pero por suerte el sentimiento de culpabilidad se pasa pronto al ver esas sobrasadas pendiendo del techo y la mente comienza a flotar y a pensar en grandes rebanadas de pan rústico tostado en la "llar de foc" con una buena capa de ese néctar rojo y, si se me permite, un poco de queso intenso para acompañar. Ah! y un buen vino peleón que no falte en el porrón !!!!
Extraordinario documento el que nos regalas. Siempre es interesante ver lo autentico, al hombre metido en harina y con las manos en la masa. Así que, un vez más, grácias por tan suculento reportaje.
Aprovecho para desearte unas felices fiestas y una Navidad rodeada de amor, calor y paz.
Καλές διακοπές και καλά Χριστούγεννα !
Mutlu Noel ve yeni yiliniz kutlu sana !
Bon Nadal i feliç any nou !
Hola Enric
ResponderEliminarLas matanzas en familia son algo muy propio por aquí...
Muchas gracias por el comentario y
Καλές διακοπές και καλά Χριστούγεννα !
Mutlu Noel ve yeni yiliniz kutlu sana !
Bon Nadal
a ti también
un saludo,
María