Rollos patateros

Hay que haber sido urbanita para encontrar sentido a publicar un post como este...algo que es tan fundamental, tan trascendente como el comer cada día, tan novedoso para los que como yo vienen del asfalto de nuestras ciudades....
El campo, ese gran desconocido, y la patata, reina de nuestros platos, ahora más en tiempo de crisis, merece también nuestra atención.



Primero se labra el campo, para que la tierra quede suelta y ligera...

Después se abona, se prepara para la siembra, y se dibujan los surcos.

Y aquí tenemos lo que nos disponemos a sembrar, patatas troceadas, porque las patatas salen de otras patatas y no crecen por arte de magia, empaquetadas, en los puestos del mercado o en el peor de los casos, en el fondo de los congeladores del supermercado, troceadas, listas para freir, o acaso en las bolsitas de chips, como llaman los ingleses a las patatas fritas.

Y se colocan en la tierra con la ciencia debida y mucho amor en nuestro caso, ya que la siembra la hicimos a mano, de forma artesanal.

Mi cuñada en plena faena demuestra cómo se lleva a cabo el laborioso proceso.

Pasados dos meses y medio se observa el resultado, crecen.

Yo también tuve el honor y la carga en mis espaldas.

El día de la cosecha estaré presente, concluiré el reportaje y me llevaré mi parte, hay que llenar la despensa.