martes, 28 de abril de 2020

Cuando el mundo era normal

Cuando el mundo era aún normal, de mañana se oían a algunos vecinos  hablando en las calles, circulaban muchos más coches y la gente bajaba a Ciutat a hacer las compras y pasear. Los niños tenían escuela, los adultos iban con prisas y el fin de semana tenía sabor a relajo, a paseo por el parque, a tarde de cine, a comida familiar, a reunión de amigo, a vestido nuevo y excursión a la montaña para otros...Tantas cosas podría ennumerar en una mañana de abril en confinamiento. 45 días ya de una situación que hace meses nos hubiera parecido absurda, increible. Una situación maldita y grave, incierta...
Mientras tanto la naturaleza sigue su ritmo, la primavera entró puntual y nos sorprendió a todos en este estado de congelación forzosa Los quehaceres del hogar se suceden pausados mientras fuera el aire parece más puro, las noches más oscuras y misteriosas y el cántico de los pájaros nos sorprende como si nunca antes lo hubiéramos escuchado, e incluso diferenciamos distintos sonidos.
Un zumbido del teléfono me  saca de mi ensimismamiento mañanero casi místico, vuelve mi atención a las cifras, al parte de cada día. Mi cabeza vuelve a la batalla, esa batalla silenciosa, mental que todos libramos desde nuestro encierro contra la angustia, la deseperanza y el miedo.



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