Es posible que en estos momentos que escribo estén asomando los primeros copos de nieve en la cima del Puig Major. El aire es fresco y la noche hace ya rato que cayó sobre el pueblo. He salido a pasear con Chispa, la perrita "ratera", que ahora se calienta las patitas frente a la chimenea. Las calles estaban desiertas, oscuras, silenciosas a las ocho de la tarde. La tranquilidad del invierno es casi sobrecogedora. Los vecinos mantienen más que nunca las persianas verdes cerradas y al pasar ante ellas se vislumbra entre las tablillas una luz tenue y se adivina la vida interior de las casas de gruesos muros.
La gente se prepara para el invierno igual que lo hicieran sus padres y abuelos. Las despensas están llenas de confituras caseras, sobrasada recién hecha y tomates de "colgar" o de "enfilar". Estos tomates son de una clase distinta a los sabrosos tomates de ensalada. Su tamaño es más pequeño, crecen en matas a ras de suelo y apenas se riegan. Son tomates de secano y se siembran, como los melones, en tierras secas del interior. Lo sorprendente de estos tomates es que aguantan todo el invierno y parte de la primavera en la bodega de las casas sin pudrirse. Su piel gruesa va perdiendo con el paso del tiempo el lustre y va secándose poco a poco mientras que su interior se mantiene jugoso.
Estos tomates son los que aquí se emplean para hacer el "pamb oli" mallorquín. Para usarlos se cortan por la mitad y se restriegan sobre la rebanada de pan de hogaza hasta cubrirla con su jugo rojo. Después se pone la sal y el aceite de oliva sobre el pan... exquisito si se come sólo o si se acompaña con queso, jamón, sardinas, atún, anchoas, tortilla...
La gracia de estos tomates de largo aguante es que se pueden enfilar o colgar cosidos por el tallo a una cuerda formando vistosos racimos que se cuelgan en las paredes de la cocina o de la bodega.
Bonitas imágenes acompañadas de una buena ilustración... Me hago perfectamente a la idea de como deben de ser esas despensas y esos tomates son deliciosos! Un abrazo.
ResponderEliminarHola Talia
ResponderEliminarLa verdad es que da gusto verlos, a los tomates formando los ramilletes. Y te aseguro que lleva trabajo coserlos...esos como te podrás imaginar no son míos.:-) yo tengo unos poquitos y esparcidos sobre papeles de periódico, que así también aguantan.
un saludo